jueves, 10 de agosto de 2017

Pensando en voz alta

Estábamos juntos, reunidos en aquel retiro....A mí me parece que Dios es una regla que se usa para medir el mundo, dije en voz alta, sin dirigirme a nadie en particular. Había estado absorto en mis pensamientos y, de repente, me salió esa frase imprevista -incoherente diría-, en el medio de aquella comida con amigos, una frase que no tenía nada que ver con ninguno de los tantos temas que habían estado sobrevolando la comida. Se quedaron todos expectantes y yo no sabía qué hacer o decir, por eso les ofrecí una sonrisa idiota, como pidiendo disculpas, y para indicar que ya había vuelto de vaya a saber dónde y que buscaba conectarme con ellos de nuevo añadí:" Bueno el caso es que anoche vi cuarto milenio en canal 4 y me di cuenta que a la Biblia tienes que ir con todo el corazón y la mente abierta". Las caras de incertidumbre y los cubiertos detenidos en el aire estaban poniéndome nervioso, así que no lo dudé un segundo, dejé el tenedor al costado del plato y comencé a decir lo primero que me viniera a la cabeza, cualquier cosa. Mis amigos seguían mirándome fijamente, silenciosos y atentos a lo que vendría después. A mí me parecía que la relación se había vuelto bastante clara para ellos y espesa para mi. Ya era suficiente: la regla de Dios era la que usaba su representante, el Pastor, para impedir que los presentes se volvieran diferentes y/o divergentes. Bueno balbucí era una metáfora, el problema ya no era mío, era de ellos que ¿no podían entenderlo?. No tenía nada más que decir, no obstante la lié más gorda : Es que la Biblia no me da todas las respuestas. En fin, otro pequeño gran enigma que quedará sin respuesta. Por suerte, uno de mis amigos me rescató al cambiar enseguida de tema -fútbol, creo-, entonces yo aproveché para servirme un poco más de ensalada Cesar, ¿o era mediterránea?. Por Dios... Está deliciosa, le aseguré a los camareros.

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