lunes, 5 de octubre de 2015

Testimonio

Cada vez que me sentaba en el circulo que hacíamos cada mañana sobre las 7:30 A/M para hablar en voz alta, con los ojos cerrados, leer aquel libro nuestro líder (Marquitos lo recordaré toda mi vida) ni mayor ni joven, ni guapo ni feo, no muy bien vestido pero tampoco desaliñado, se me acercaba con "ESE" libro en la mano, por cierto yo se lo tiraba al suelo y le decía que yo no estaba allí para escuchar sermones. Ja,ja,ja, bastantes había escuchado del cura de mi colegio que de... provecho tenía. Con el tiempo me di cuenta que siempre era el mismo: Tapas Negras y Letras lustrosas, Doradas.
Junto a mí, de pie, parado y con infinito respeto, sin siquiera mirarme, empezaba su ritual: me señalaba una palabra del texto abierto en algún lugar, luego acariciaba la pagina donde estaba dicha palabra y me la ofrecía pidiéndome que se la leyera. Primero fue una palabra, luego frases pequeñas. Nunca mas de eso.
Si alguien, en este momento, me pidiera que recordara alguna de esas palabras, sería imposible.
La situación era tan paralizante, que me quedaba anestesiado por segundos, más tarde comprendí que era el Espíritu de Dios con la excavadora demoliendo, trabajando en mi vida. Al principio, no prestaba atención a la lectura de su palabra, me gustaban más las canciones que entonaban eran y sonaban diferente a todo lo que estaba acostumbrado. Pero después de un mes, estas palabras comenzaron a meterse dentro de mí como una alucinación, con provocación y desafío.
¿Qué pasaba? ¿Qué pasaba con mi vida; a que iba a la reunión siempre pidiendo el mismo libro, siempre a la misma hora, que soledad me envolvía, qué sombras me perseguían? Antes de rendir cuentas a esa extraña sensación de arrodillarme, a esa necesidad de llorar, comprendí, entendí todo: Alguien me estaba llamando por mi nombre.
Siempre he sentido a lo largo de mi vida que había algo ante mi, no podía verlo era como un gran banquete lleno de vida, pero no encontraba la manera de llegar hasta él, ahora le doy gracias a Jesús Él ha cambiado la perspectiva de mi vida ahora solo creo en las cosas que no veo: la vida, el amor...Dios

No hay comentarios:

Publicar un comentario